- Identificá si tu bebé está cansado. Observá si aumentan lentamente los llantos del tipo gruñidos y si se frota los ojos.
- Descifrá si le duele algo. Con frecuencia, las señales en estos casos son un chillido agudo repentino, seguido por una larga exhalación y luego otro chillido.
- Revisá si se trata de cólicos. Observá si son chillidos regulares por la tarde o por la noche que duran algunas horas. Su cara se sonroja y se arruga, y puede apretar los puños, llevar las rodillas hacia la panza o arquear la espalda.
- ¿Estará enojado? Observá si llora fuerte y su cara se sonroja.
- Recordá que puede sentir que lo ingnoran. Una pista son los gritos y chillidos.
- Observá si hay señales de miedo. Puede quedarse inmóvil.
- Identificá si tiene hambre. Si es así, es posible que busque el pezón o que juegue con sus propios dedos, tu hombro y hasta tu nariz o tu barbilla, y los chupe.
- Recordá que está aprendiendo a hablar. Si balbucea con regularidad es posible que solamente quiera conversar.
- Intentá identificar si quiere algo. Una vez que aprenda a señalar, va a ser muy bueno dando instrucciones.
- Observá si solamente quiere que lo alces. Muy pronto tu bebé va a comenzar a levantar los brazos para hacértelo saber.
- Observá si quiere jugar. Si esconde la cara detrás de las manos, es un momento ideal para jugar a las escondidas.
- Observá las señales de alegría de tu bebé, ¡una carita angelical que te sonríe!
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